Según datos de IBGE (Instituto Brasilero de Geografía y Estadística por sus siglas en portugués), Brasil es uno de los mayores productores de mango del mundo, con una producción de más de 1 millón toneladas al año. Por esa razón tiene una gran cantidad de merma, ya que en el procesamiento industrial de la pulpa y los jugos se desecha la semilla, que es entre el 40% y el 60% de su volumen.
Por ello, el equipo de investigación de EMBRAPA Agri-Food (RJ) creó un proyecto destinado a buscar alternativas para reutilizar las semillas del mango. Después de tres años de trabajo lograron desarrollar un tipo de plástico biodegradable, hecho de la semilla de mango y mezclada con un biopolímero natural: el PHBV. Este puede utilizarse tanto en la industria alimentaria como en el sector médico. “Los resultados indican que la fabricación de biocompuestos puede ser una estrategia para la reutilización de este producto agroindustrial”, afirma la profesora e investigadora Rossana Thiré. Una de las ventajas es que debido a la abundancia y renovación de este residuo agrícola (la semilla del mango) es beneficioso tanto para le medio ambiente como la tecnología, ya que tiene debido baja demanda de energía para su fabricación, bajas emisiones de CO2 y alto nivel de biodegradación.
