La población mundial produce aproximadamente 800 mil millones de libras de plástico por año. Según datos proporcionados por Plastic Waste Makers Index, 20 empresas son responsables de producir más de la mitad de todo el plástico de un solo uso en el mundo.
Por otra parte, el Foro Económico Mundial afirma que en los vertederos permanece el 56% de los residuos plásticos, mientras el resto se incinera, y solo 14 a 18% de los plásticos se reciclan a nivel mundial.
Por ese motivo es que tanto los fabricantes como las empresas de gestión de residuos necesitan trabajar juntos para combatir este problema.
Hace muy poco el Foro Económico Mundial explicó que los productores no cuentan con estándares universales para la fabricación de productos, etiquetado, o empaques, ni tampoco cuentan con directrices claras, sobre todo, para seguir la trazabilidad de los productos.
Otra de las razones por la que no hay avances es por la falta de confianza en la materia prima reciclada, como por los lentos procesos de certificación, que tampoco los hacen atractivos para el mercado.
Uno de los objetivos que debería plantearse el sector privado es la colaboración, la unión de todos los agentes participantes, para establecer estándares mundiales para los materiales y los productos sostenibles.
Cada una de las áreas necesita un cambio de comportamiento. Por ejemplo, los empresarios deberían abocarse a buscar soluciones sostenibles, contando con empresas de gestión de residuos eficaces para que los residuos se reciclen correctamente. Tener productos sostenibles no es suficiente, hace falta también tener soluciones posteriores para desechar y reciclar correctamente los productos.
De acuerdo con un informe de SYSTEMIQ, el valor actual de las inversiones globales en la industria del plástico para elaborar más plástico a base de petróleo, entre 2021 y 2040, pueden reducirse de 2.5 a 1.2 billones de dólares, si las inversiones se redirigen a materiales sostenibles, instalaciones de reciclaje e infraestructura de recolección.
Uno de los motivos que existen para no cambiar hacia productos sostenibles son los riesgos relacionados con la inversión en fabricantes sostenibles y empresas de residuos.
Se podría incentivar a los inversores creando soluciones escalables que todos los participantes de la cadena de valor puedan seguir, incluyendo a los de las plantas de recolección, tratamiento y reciclaje.