Papel, plástico y penalizaciones: Mejorando el reciclaje con auditorías

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Recycle bins for plastic, paper, glass vector icons in flat style isolated on white background. Waste sorting concept to protect the environment

Durante décadas, el reciclaje en la acera ha sido una práctica común en vecindarios de todo Estados Unidos, permitiendo a los ciudadanos contribuir al cuidado del medio ambiente. Sin embargo, este sistema depende del conocimiento de los usuarios sobre qué materiales son reciclables y cuáles pueden contaminar el proceso. Nuevas investigaciones de la Facultad de Negocios Max M. Fisher de la Universidad Estatal de Ohio (OSU) exploran cómo las auditorías pueden mejorar la efectividad de los programas de reciclaje.

El estudio, liderado por Erin McKie, profesora asistente de operaciones y análisis de negocios en OSU, junto con los coautores Aravind Chandrasekaran y Sriram Venkataraman, fue publicado en la revista Production and Operations Management. Este trabajo examina cómo diferentes formas de auditorías afectan el rendimiento del reciclaje en los hogares.

El desafío del reciclaje en la acera

McKie explica que el reciclaje enfrenta dos grandes obstáculos: la contaminación y la falta de participación. La contaminación ocurre cuando se mezclan materiales no reciclables con reciclables, lo que genera costos adicionales para las plantas de recuperación de materiales (MRF). Aproximadamente entre el 20 % y el 25 % de los materiales reciclables recogidos están contaminados, lo que genera pérdidas millonarias. Además, la falta de participación de los residentes reduce la viabilidad económica de los programas de reciclaje.

Auditorías para mejorar la calidad del reciclaje

Para entender mejor cómo los hogares gestionan el reciclaje, el equipo de investigación revisó auditorías realizadas en Columbus, Ohio. Estas auditorías consisten en inspeccionar los contenedores de reciclaje y, si se encuentran materiales incorrectos, el hogar recibe una de dos respuestas: una advertencia informativa o una penalización. En el primer caso, se etiqueta el contenedor con una tarjeta informativa sobre el error cometido. En el segundo, además de la tarjeta, el contenedor no es vaciado hasta que el material incorrecto sea retirado.

Sorprendentemente, los hogares no se sintieron desmotivados por las penalizaciones. De hecho, aquellos que recibieron una penalización redujeron la severidad de las contaminaciones en un 59 % y tuvieron un 75 % menos de probabilidades de cometer errores en el futuro. Además, la participación en el reciclaje no disminuyó tras recibir este tipo de retroalimentación.

Factores clave para el éxito

Aunque la penalización resultó ser efectiva, McKie advierte que su éxito depende de ciertos factores. Las áreas con niveles educativos y de ingresos más altos respondieron mejor a estas medidas. Asimismo, la penalización fue más eficaz en la eliminación de contaminantes comunes, como bolsas plásticas o recipientes de comida para llevar, pero menos efectiva contra contaminantes graves, como basura o artículos voluminosos.

Por otro lado, las áreas con poblaciones más envejecidas o de alta densidad no respondieron tan favorablemente a este enfoque. Además, la implementación de este tipo de auditorías requiere un respaldo político firme, ya que pueden ser vistas como medidas punitivas.

Un futuro más limpio para el reciclaje

Este estudio ofrece a las organizaciones de reciclaje y a los municipios una herramienta valiosa para mejorar tanto la calidad como la cantidad de materiales reciclables capturados. Al aplicar estas auditorías, los responsables del reciclaje pueden contribuir a proteger el futuro de los programas comunitarios de reciclaje en Estados Unidos.