La ANIPAC se pronuncia sobre la prohibición de las bolsas en Querétaro

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Ante la prohibición de las bolsas de acarreo en el estado de Querétaro, el presidente de la Asociación Nacional de los Industriales del Plástico (ANIPAC), Juan Antonio Hernández, platicó con la revista MP para brindarnos su postura ante esta decisión.

Nos comenta que esta iniciativa está pensada desde un solo ángulo y que afectará gravemente a la industria del plástico sin que realmente haya un impacto positivo en el medio ambiente.

En palabras del presidente de la ANIPAC, la consulta que se llevó a cabo en agosto del año pasado en el “Foro de Consulta para la Regulación de Bolsas Plásticas”, por parte del Ayuntamiento de Querétaro, no involucró a la industria del plástico. “Nos presentamos en el foro porque era una consulta abierta al público, pero no fuimos invitados. Además, todos los representantes escogidos dieron una visión negativa de los polímeros. Daniel Mitchell, Presidente de ACOPLÁSTICOS, fue la única voz que participó en defensa de la industria durante el foro. Expuso el fracaso que ha tenido la prohibición de bolsas plásticas en Colombia. Es irónico que tenga que ser invitado alguien de otro país para hablar de la industria, cuando aquí hay grandes expertos que además conocen al sector”.

Cree que esto no resultará en México porque el impuesto que cobran las autoridades por el uso de las bolsas no será destinado a programas específicos que ayuden al medio ambiente. Nos comenta con un ejemplo claro: “hace dos años se impuso un impuesto a la industria de bebidas dulces gasificadas para controlar el azúcar en la población. Con lo recaudado se pondrían fuentes de agua potable en toda la Ciudad de México para que todos tuviéramos accesos. Actualmente esas fuentes no existen”.

No concienciar sino prohibir

“Querétaro no quiere regular sino prohibir”, asegura Hernández. Cree que puede haber muchas razones para esta decisión, pero una es el protagonismo político porque tiene la consigna de ser el Estado más avanzado en tecnología del país. Y si es cierto que tiene mucho de que presumir, no puede dejar de lado algunos datos que son importantes y que no están tomando en cuenta a la hora de hacer la prohibición.

En un estudio sobre “El ciclo de vida de la bolsa” que hizo la Semarnat en 2009, se compararon 4 tipos de bolsas: las de papel, la oxodegradable, las reutilizables de polipropileno no tejido y la bolsa tradicional de polietileno.

A cada una se le dio una calificación. La bolsa oxodegradable no contaba con una biodegradación total (además de no existir la facilidad de distinguir entre biodegradable y oxodegradable) por lo que rompía con la cadena del reciclaje. Las bolsas de papel tenían un impacto ecológico fuerte por el excesivo uso de agua para su reciclaje y porque perdía sus características después de procesadas y las bolsas reutilizables obtuvieron una calificación baja porque no se usan más de 4 veces y porque se convertían en foco de infección. Además, se necesita mucha agua para mantenerlas limpias y, finalmente, no ofrecían una vida útil tan larga.

La que obtuvo mejor calificación fue la bolsa tradicional. Y, nos subraya el presidente, en el resultado del estudio el 97 % de las personas participantes afirmaron que sí reutilizaban las bolsas de acarreo para disponer la basura.

Juan Antonio Hernández nos explica que durante el foro de agosto, aún después de haber escuchado a todos los ponentes que estaban a favor de la prohibición, el público asistente estaba a favor de la regulación. Creía que se debían dar bolsas con códigos de colores para poder entregar los residuos de forma organizada. Al no tener cómo desechar la basura, el consumidor tendrá que comprar las bolsas, por lo que no se deja de utilizar los plásticos, que es lo que la prohibición sugiere, y se sumaría un gasto adicional.

Otro de los fallos que observa, es que carece de un organismo que regule. “La cuestión es que todo está en el aire”, asegura Hernández.

Lo que más le preocupa al presidente de ANIPAC es no saber bajo qué reglas van a jugar. “Las bolsas se prohíben a menos que sean degradables o biodegradables. Pero ellos no sabían cuál era la diferencia. Querían bolsas fabricadas de biopolímeros, de semilla de aguacate, de gabazo de agave tequilero o cáscara de plátano. Tuvimos que explicarles que esos procesos aún no están industrializados y todavía están en etapa de investigación. Las únicas fábricas que están intentando industrializar el hueso del aguacate, lo hacen a través de biobasado con materiales fósiles, por lo que no son 100 % degradables”.

“Sin una definición clara tampoco llegaremos a un buen fin y, mientras tanto, la industria sigue flotando en una incertidumbre”, acota Juan Antonio.

¿Qué va a pasar?

Hernández advierte que las bolsas se van a prohibir y el comercio organizado será el primero en verse afectado, luego se unirá el comercio informal. Por esa razón, el pequeño comercio formal se reunió en Querétaro para determinar los posibles efectos legales y los amparos aplicables para hacer que esta nueva regulación no sea efectiva. Una de ellas advierte que la autoridad local no tiene la facultad para prohibir el uso de productos a menos que este sea totalmente dañino y, hasta la fecha, no existen estudios que comprueben que las bolsas tienen efectos nocivos para los seres humanos.

Otro de los problemas que creen que no se ha previsto es que, al prohibir las bolsas, los usuarios que muchas veces no poseen medio de transporte propio, se verán en la necesidad de buscar una forma para acarrear los comestibles y tampoco tendrán como disponer de la basura, por lo que comprarán bolsas de basura. Por ello cree que la ley no tiene ningún impacto positivo y tampoco resolverá el problema. Se basan en modelos que no se ajustan a la realidad mexicana.

La posición de la ANIPAC

La ANIPAC, como asociación, seguirá haciendo un trabajo coordinado para que haya un buen uso del plástico en toda la cadena, tanto los productores de resina como los distribuidores, transformadores, comerciantes y usuarios.

Su trabajo se ha ido inclinando para hacer a la industria responsable a través de la integración a la economía circular y a la industria 4.0.

También afirma que “En el estado de Querétaro, las empresas dedicadas a la fabricación de bolsas y películas flexibles generan 1,135 empleos directos y el valor de dichas empresas está estimado en 745 millones” (datos obtenido del Censos Económicos 2014 – 2016).